Las palabras salen de mis dedos, como hilos tejiendo redes infinitas. Como listones de fibra cósmica que jalo de la punta de los cinco con que cuento en cada mano, y que al tirar y tirar, en vez de consumirse, se tiñen del color de mi alma.
Mis ideas salen e impregnan el cosmos con mi tinta en mil colores. Y de pronto el universo se vuelve cómplice de mi existencia. Escribo y canto. Canto y escribo porque adentro las palabras, las ideas me queman. Porque no crear es demasiado pasivo para mi espíritu que anhela amalgamarse al infinito.